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Fronterasindómitas

Arcerca de los procesos de inmigración de los jóvenes originarios del cono sur latinoamericano que viven en Catalunya

Autor

soniapaezdelatorre@gmail.com

Licenciada en Letras (2010) por la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina), Facultad de Filosofía y Letras. Magíster en Juventud y Sociedad (2014), por la Universidad de Girona (España). Becaria FI (AGAUR-2015) del Doctorado en Educación de la Universidad de Girona, Facultad de Psicología y Educación. Intitut de Recerca Educativa (IRE), Departament de Pedgaogia (UdG)

Al gran pueblo argentino, salud!

El que está en el extranjero vive en un espacio vacío en lo alto, encima de la tierra, sin la red protectora que le otorga su propio país, donde tiene a su familia, sus compañeros, sus amigos y puede hacerse entender fácilmente en el idioma que habla desde la infancia.

Milan Kundera, La insoportable levedad del ser (2008: 81, 82)

Este año lejos de Argentina no ha sido un año cualquiera. Ha sido un año doblemente especial. Por un lado, porque al comenzar el trabajo de campo de mi investigación, conocí a muchos hermanas/os que, como yo, andan entre mate y mate, construyendo su lugarcito por acá. Difundiendo y expandiendo nuestra cultura, conociendo los encantos de la catalana y transitando de distintos modos, la frontera. Escuchar las tonadas de mi patria, teñidas de españolisismos y catalanisismos, hizo que sintiera por un ratito que esa red protectora de la que habla Kundera, existe en esta tierra.

Por otro lado, celebré el Bicentenario de mi patria en este país, del que nos independizábamos un 9 de julio de 1816;  decisión que además, fue tomada en la provincia que nací. Lo curioso es que, casualmente la fecha de mi aterrizaje hace tres años atrás, fue un 9 de Julio también. Así lo indica el sello de mi pasaporte y cada año, inevitablemente, lo rememoro entre trámites y oficinas…renovando mi permiso para residir acá, no sin malestares y sentimientos encontrados frente a lo que implica la condición de extranjería.

Por esos días encontré en las redes sociales esta versión del Himno Nacional, de Juajno Domínguez, que me emocionó mucho.

Siguiendo las páginas de Facebook de argentinos en Barcelona, que son una fuente de información tan caprichosa como útil, encontré gente que buscaba gente. Argentinos que tenían ganas de tender lazos, de hacer cosas para ayudar a otros, de forjar espacios de encuentro y vínculos . Gente que, ante la presión y el ritmo del día a día, andaba buscando a un otro a quien unirse para trabajar y concretar proyectos y deseos. Mucho se dice sobre el individualismo que caracteriza a los argentinos, sobre la altanería y sobre su particular forma de ser. No tenemos la mejor fama, es cierto. Pero nunca es bueno generalizar. Conocí gente de mi país que por distintos motivos vive acá hace mucho tiempo y que está llena de talento y energía. Comenzamos a reunirnos, con algunos y aunque no logramos llevar a la práctica las ideas que nos ilusionaron, creo que encontrarnos, conocernos y saber un poco del otro y de su experiencia, fue muy enriquecedor.20160408_205028

Sebas, Laura, Viki y yo…planeando.

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Lucas, Laura, Sebas, Viki, Fabián y yo…diseñando

Sebastián, el músico, y su compañera la productora Laura  estaban ya vinculados al CAC (Centro Argentino de Catalunya)  y en acción, tendiendo puentes entre la cultura musical argentina y la catalana. Viki, la comunicadora, y Fabián, su compañero, Lucas el dramaturgo, yo y otros de cuyos nombres quisiera acordarme, empezamos a reunirnos y a  proyectar actividades y cosas que nos gustarían hacer. Uno de esos proyectos consistía en organizar el festejo del bicentenario de la independencia argentina en el Centro cultural Salvador Allende, ya que los lazos con Eulogio Dávalos son estrechos. Aunque el verano y la locura en la que nuestras vidas siguieron después del invierno no nos hayan permitido llevar a cabo la propuesta, las bases han quedado fundadas.

Más adelante nos reunimos con José Luis  Moreno (argentino) y Eva (la italiana), una desopilante y divertida pareja que hace mucho tiempo lleva adelante la Casa Argentina en Barcelona, se alegraron de reunirse con nosotros y de saber que cuentan con nuevas energías para la tarea.20160504_233552

Centro Argentino de Catalunya, Casa Argentina y los nuevos.

Los orígenes de la Casa Argentina se remiten a la inmigración que llega en ’76, exiliada por la dictadura militar argentina. José Luis, como muchos otros, arribó por aquellos tiempos y fue testigo de la (plural) conformación  y de los distintos momentos por los que fue pasando la Casa. Esa noche nos contó  sobre las muchas actividades culturales que el centro hizo a lo largo de estos años, sobre las dificultades y mezquindades con las que se ha cruzado en el camino y sobre su larga  y rica experiencia en el trabajo asociativo. El Centro está abocado sobre todo a la difusión de los Derechos Humanos, al fomento de las discusiones políticas y sociales de la actualidad (a partir de la invitación a distintas y destacadas personalidades del mundo político), a la promoción de la cultura (no sólo argentina) y, como siempre, a ser un espacio de contención para el que llega.

Hace poco tiempo pude reunirme con otro centro de argentinos que funciona en Barcelona, «Casa de Mendoza en España» . Se trata de una  fusión de dos asociaciones: “Casa de Mendoza” de Barcelona y  el “Casal mendocino” de Rubí. Ambas entidades nacieron en el 2004, para dar respuesta, ayudar y contener a la gran ola inmigratoria que llegó a partir del 2001, como fruto de la crisis que estalló en argentina y que provocó un crecimiento del 100% de la población argentina en Catalunya, según los datos del Instituto de Estadísticas catalán. En el 2014,  deciden unir los esfuerzos de ambas casas y fundar así la «Casa de Mendoza en España»:14249162_10209977637745197_227017095_n

La asociación lleva adelante sus actividades en el Edificio de la Fundación Orfeó Martinenc, de Barcelona, donde nos reunimos ese día. A mi izquierda, Sergio Lorenzo, el actual presidente.

El trabajo que desarrollan está centrado en la difusión cultural, relacionada con la música, el baile y el folclore argentino. Una de las fiestas más importantes que celebra el centro es, al igual que lo hace la provincia mendocina, la de la  Vendimia. Suelen por ello invitar a distintos importadores de vinos argentinos para que puedan mostrar sus productos.

El centro fue tomando forma y creciendo mucho en los últimos años; ha ganado pues, mucha experiencia a nivel asociativo. Tanto es así, que actualmente están asesorando a otras Casas (como la de Salta, Tucumán y Neuquén) en su conformación como centros culturales. Una de las actividades más importantes que han organizado y que se desarrolló en la sede donde funciona la asociación, ha sido la preparación del espectáculo que hizo en mayo de este año Peteco Carabajal (quien, dicho sea de paso, vuelve a escena, este 30 de Septiembre). Otra actividad importante que llevaron adelante con éxito, fue la triple celebración por los 200 años de la Independencia argentina, por los 80 años de la Fiesta de la Vendimia y los 12 años de su institución.

Estas asociaciones (al igual que las chilenas y uruguayas -exceptuando Asociación Candombe-), casi no cuentan con la participación de los jóvenes. Eso no significa que este colectivo no exista en Catalunya y mucho menos que no participe o desarrolle sus inquietudes. La pregunta es cómo, dónde, en qué momento y qué vías eligen. Algunos de los representantes de las asociaciones, me explicaban que muchos de estos centros fueron fundados por los viejos jóvenes, que venían de los países del cono sur con toda una tradición de militancia y participación; tinte con el que empaparon estos espacios y desde el actuaron mucho tiempo. Es esta herencia la que explica la existencia de muchas figuras argentinas influyentes y protagonistas en la actual vida socio-política de Catalunya, como bien lo dice  una nota del País que habla sobre la conexión entre Argentina y Catalunya (2015). Figuras que ya son más bien adultas y yo me sigo preguntando por los jóvenes y los jóvenes adultos inmigrantes.

¿Será  que la migración actual es más bien económica e individual? ¿Será que que el modo de participación ha cambiado para los jóvenes de hoy y poner el cuerpo ha devenido en poner el dedo (desde la virtualidad)? ¿En qué espacios se manifiestan, se expresan y actúan los jóvenes inmigrantes del cono sur? A mis preguntas le sumo la reflexión que hace Julia Kristeva sobre la voz del extranjero en el extranjero, sobre los límites del poder en el espacio público y en el futuro colectivo,  para quien no cuenta con un fuente de capital social influyente  en un territorio al que no perteneció siempre:

No contar para los demás. Nadie te escucha, nunca tienes la palabra o, cuando tienes el valor de tomarla, pronto borrada por los temas más volubles y llenos de desahogo de la comunidad. Tu palabra no tiene pasado y no tendrá poder sobre el futuro del grupo: ¿en función de qué tendrían que escucharte? No tienes suficiente base, careces de “superficie social”- para que tu palabra se vuelva útil. Puede ser deseable, incluso sorprendente y tal vez curiosa o atractiva. Pero esas características tienen escaso peso frente al interés –que es precisamente lo que falta- de los interlocutores. El interés es interesado, quiere poder utilizar tus palabras contando con tu influencia, la cual, como toda influencia, está basada en las relaciones sociales. Y ocurre que precisamente no tienes relaciones sociales. Por lo tanto, tus palabras, aunque fueran fascinantes por su propia extrañeza, no tendrán consecuencias, no causarán efectos, pues no provocan ninguna mejora de la imagen o el renombre de tus interlocutores. Sólo se te escuchará de forma distraída, divertida, y se te olvidará para pasar a las cosas serias. La palabra del extranjero sólo puede contar con su fuerza retórica vacía, con inmanencia de los deseos que ha invertido en ella. Pero está desprovista de todo apoyo de la realidad exterior debido a que precisamente el extranjero es tenido al margen de esta realidad. En estas condiciones, si la palabra no cae en el silencio, pasa a ser de un formalismo absoluto, de una exagerada sofisticación: la retórica pasa a ser la reina y el extranjero se convierte en un hombre barroco. Gracián y Joyce debían ser extranjeros.

Julia Kristeva,  Extranjeros para nosotros mismos. ¿Será posible la convivencia multirracial en la Europa del siglo XXI? (1991: 29, 30)

 

Notas de color

Cuando empezaba el trabajo de campo, di con Hernán Casciari, un escritor argentino que por  el 2000, se radicó en Barcelona. Se casó con una catalana e hizo de la melancolía por su tierra el leitmotiv de muchos cuentos y de su paternidad. Se pueden leer sus textos on line, en su Blog  Orsai ; particularmente me sentí atraída por «Como argentinizar a una hija extranjera» ( en su versión sintética: «Veinticinco de mayo») y  Máximas para mi hija …¿cómo transmitir la cultura, el mate, las tortillas, el pan con manteca, el dulce de leche, María Elena Walsh, alta en el cielo un águila guerrera y tanta patria a lo lejos y a los hijos, que no nacieron allí?

También encontré este video, en el que un grupo de extranjeros cuentan cómo ven a los argentinos y sus costumbres. No tiene desperdicio.

 

Por último, me pareció interesante la nota escrita por Gisele Sousa Dias en Clarín, publicada en marzo del 2016: «LLegan 44 españoles por día y ya conviven con los viejos inmigrantes». El contacto entre la península y sus viejas colonias sigue (y seguramente seguirá) vivo.

Cosa de uruguayos

Querido Diario,

Cuánto abandono! Ya lo sé. Vos disculpame pero estuve haciendo muchas cosas. A veces me gustaría tener un chip interno que traduzca mis notas mentales y teclée poco a poco…Ahora no sé por dónde empezar. Pongo Jaime Ross, porque esos tambores tienen el ritmo y el color que quisiera que tenga este post. “Los Olímpicos” (1980) viene bien como puerta de entrada

Uruguayos * 
donde fueron 
a parar 
por los barrios 
mas remotos 
de Colombes 
o Amsterdam 

Antes éramos campeónes 
les íbamos a ganar 
hoy somos los sinvergüenzas 
que caen a picotear 
trabajador inmigrante 
es la nueva profesión 
al que agarran sin papeles 
lo fletan en un avión 

*y donde dice «uruguayos» pueden poner argentinos, colombianos, chilenos , mexicanos…  

El  curioso contraste que genera la murga (música popular de origen español) con letra de tango (música y danza característica del Río de la Plata y de Montevideo) es un poco lo que signa a los yoruguas con los que he tenido el gusto de compartir y charlar entre enero y marzo. Blanes, Barcelona y Villa Nova i la Geltrú (sé que todavía me faltan algunas más!)  cuentan con sus asociaciones desde donde desparraman su alegría y combaten esta nostalgia tan rioplatense . Porque al cruzar, «el corazón queda para siempre partido»me dijo Pedro  Zaragüeta, uno de los coordinadores de la Casa de Uruguay. Sin saber, probablemente, que la misma expresión usó N. en nuestras entrevistas.

Querido diario, me hubiera gustado que veas con tus propios ojos a las mujeres maquillarse y vestirse para desfilar en el Carnaval de Tarragona. Sé que en ese momento te fuiste con los chicos a tamborillear y que escuchaste las explicaciones sobre lo que es el candombe, de boca de Fernando Galbán. Sobre todo me gusta que me hayas contado la etimología de la palabra, porque sabés que me gustan esas cosas:  –ndombe, puede significar negro o rezar y –ka, lugar. Así parecería que candombe sería la»unión de rezadores», o «lugar donde se reza». Y hay que escuchar cómo rezan y se responden y se dicen cosas los uruguayos, entre tambores.

A lo mejor te hubieras pinchado distraidamente con alguna aguja y te hubiera hecho calor con tantos secadores y planchitas prendidas entre nosotras. A mi, en cambio, las pinturas, las lentejuelas, los trajes, todo ese griterío y ese saber que se transmitían las chicas, me dejó así como tangueando. Tanto que aún no le he agradecido como corresponde a la La Asociación Candombe por la generosa invitación de ese día.

 

Además del mar (sin cuya presencia los botijas no pueden vivir), la elección por esta tierra parece responder a un estima histórico entre los pueblos:

(…) Montevideo fue la primera ciudad en el mundo que rindió homenaje público a Lluís Companys tras su asesinato, al dedicarle una plaza en la que poco tiempo después se erigió un bello monumento con la imagen del presidente de la Generalitat de Cataluña fusilado por orden del general Franco, en una nueva y muy elocuente muestra de la relación existente entre Uruguay y Cataluña. Otros catalanes, como el constructor Emili Reus, responsable de la influencia barcelonesa en el urbanismo de un par de barrios montevideanos; escritores como José Enrique Rodó; maestras como Enriqueta Compte i Riquet, por no hablar del creador del zoológico de Montevideo, Rosell i Rius, o la familia Carrau, impulsora de la cada vez más floreciente industria vitivinícola de Uruguay, son exponentes claros de la influencia catalana en aquel país, que el Casal Català de Montevideo ejemplariza desde hace tantos años.

Por último querido diario contarte que tanto  enlace murgero y candombero me llevó a conocer el proyecto de una familia que ha emprendido un viaje, que planea ser de 4 años, por 75 países. El objetivo: encontrar y saber qué hacen los Olímpicos por el mundo…. Sobre Catalunya, tres capítulos (Vila Nova i la Geltrú, Tarragona y Barcelona)  muchas historias de vida, todas acompasadas y, obviamente, azuladas. Te las dejo, para que te llenes de vida y para que sepas qué hacen ellos aquí, porqué se fueron, qué sueños buscaban, qué encontraron, cómo se sienten, qué extrañan y qué valoran de la apuesta que hicieron. Prestá atención a su tonada, a sus miradas, a su música. La cultura, finalmente, no está en cada tierra, sino en cada persona,  adonde quiera que cada uno la lleve y con quien se la comparte.

 

 

 

Lecturas:

García Soler, J. (2004). Uruguay y Cataluña, pasado y presente de una relación. El País

El proyecto uruguayos en el mundo puede consultarse en: http://www.uruguayosenelmundo.com/

Para saber más sobre el candombe, la Asociación Candombe y los tambores, recomiendo el blog de Fernando Galbán: http://creandomundos.org/

También http://www.candombe.org/ 

Para saber más sobre la relación entre  el Candombe y el Río de la Plata (Uruguay y Buenos Aires) puede consultarse el blog dl antropólogo Alejandro Frigerio:  http://alejandrofrigerio.blogspot.com.es/; bit.ly/1UXY4q5  

 

 

Manos a la obra

El 2016 arrancó con la inquisidora mirada del apretado cronograma que se va deshojando detrás de mi computadora-ordenador. Los tiempos reales son tan distintos a esos que una/o imagina llena/o de entusiasmo al diseñar un proyecto de investigación…Sería sensato poder dibujar , entre cuadradito y cuadradito de la tabla del excel, unos árboles de navidad, unos aviones (y en mi caso el océano de por medio!), un par de sobrinoshermanostíospadresamigosprimos (y sobre todo mucho asado!), para que lo prometido se cumpla en tiempo y forma.

Es la vida, que me alcanza! (y menos mal que lo hace, sino ¿qué sentido tendría investigar?)

El caso es que el trabajo de campo sí que va arrancando mientras los pendientes del 2015, se van re-ubicando en el nuevo año. En Enero empecé a contactarme con los Consulados de Chile, Argentina, Uruguay y con la Casa de América de Catalunya. Paralelamente, un poquito caminando y otro poquitito a pie, dí con algunos representantes de las distintas asociaciones que existen de los tres países acá.

Los compatriotas me han abierto las puertas de par en par. Este mes he disfrutado de charlas, historias y cafés, con el olor, el tono y el color de un allá que de pronto sentí más acá. Los contactos se van multiplicando y me alegra saber que puedo contar con ellos para mi trabajo.

Las asociaciones se fundaron, mayoritariamente a finales de los ’70, ya que muchos son los exiliados políticos que durante las dictaduras latinoamericanas (Juan María Bordaberry Arocena en Uruguay, Augusto Pinochet en Chile y Jorge Rafael Videla en Argentina) encontraron refugio en España. Esta ola inmigratoria trajo una masa de intelectuales, activistas políticos y profesionales latinoamericanos a la Península. La llegada de ellos coincidió con la transición española. La situación favoreció la solidaridad y la consolidación de los vínculos entre unos y otros. Hubo un intercambio y una transferencia muy rica de las experiencias entre aquellos jóvenes militantes que, expulsados de sus países, se encontraron con las distintas formas de organización que tenían los jóvenes catalanes que comenzaban, además, a respirar y construir su democracia.

La realidad de hoy es muy distinta a la de aquellos años. Los jóvenes del cono sur que llegan a España no son exiliados políticos, tal vez sí hay muchos exiliados económicos. Unos y otros han sido «expulsados», pero los mecanismos de destierro son diferentes. Hay, además, casos de todos los colores y sabores. De todos modos, las asociaciones argentinas, uruguayas y chilenas siguen existiendo (y en algunos casos subsistiendo, porque la crisis de los últimos años ha hecho que muchos regresen -o busquen sueños en otros destinos-). Las funciones y actividades que desarrollan son diversas, pero sin dudas la primordial es la de mantener viva y difundir la cultura de cada país en Catalunya, estimular la relación entre los connacionales y ser referente para todo aquel que llega.

Fruto de estos encuentros y aprendizajes he recibido la invitación de Eulogio Dávalos Llanos, a quien tuve el gusto y honor de conocer y quien está a cargo del Centro Salvador Allende, para celebrar el 45 aniversario de un sueño que se hizo realidad. En Febrero de 1971, se llevaba a cabo uno de los numerosos proyectos revolucionarios del gobierno de la Unidad Popular de Chile, presidido por Salvador Allende. Salía desde Santiago, por primera vez, un tren con 60 artistas que durante 40 días llevaron sus representaciones a lugares remotos de la geografía chilena. Para conmemorar y celebrar la historia el 11 de febrero se transmitirá el documental «El tren de la cultura popular», dirigido por Carolina Espinoza, a las 19 hs en el Casal Can Travi de Vall d’Hebrón 

Según se explica en la web del proyecto: «La historia del tren, busca establecer vínculos con algunos aspectos de las iniciativas educativas y culturales de la Segunda República en España tales como las Misiones Pedagógicas, el Teatro del Pueblo, el Teatro de La Barraca o con otras experiencias anteriores como los Trenes de Agitación de la Revolución Rusa».

La presentación estará a cargo de Juan Frávega y el historiador del FFCC, Toni Gras hablará sobre los inicios del ferrocarril en Barcelona; luego la directora del documental introducirá la reproducción del mismo (60 minutos). Finalmente se abrirá un debate para que entre todos podamos intercambiar ideas.

 

 

El estado del arte y el arte del estado

Una de las primeras tareas que supone el trabajo de investigación es la de revisar, elaborar, y construir el «estado del arte» sobre el campo que se pretende estudiar. Talavera (2011) explica, que se trata del primer encuentro entre el investigador y la producción científica que existe sobre el tema de interés. El objetivo será poder descubrir y describir qué (objetos se han abordado y qué resultados se han obtenido), cómo (las metodologías utilizadas), quién o quiénes (investigaron), desde dónde (se produjo) y en qué momento de la historia (año y contexto) se ha publicado conocimiento sobre “eso” que nos desvela.

En eso he estado desde que empecé este proyecto y este blog. Son varios los campos de mi interés: la juventud (como ya conté, la del cono sur latinoamericano -Argentina, Chile, Uruguay-), que en una determinada franja etaria (20-35 años) y a partir de un proceso migratorio (individual o familiar), vive desde hace un tiempo en Catalunya. Esta fase exploradora, me lleva  a querer conocer procesos internos que se han dado en los tres países del cono sur latinoamericano y el diálogo que han entablado en los últimos años con España y específicamente con Catalunya. Vuelven a acosarme las mismas preguntas: ¿Qué se conoce sobre esta historia? ¿Quién la cuenta? ¿Cómo se la cuenta? ¿Desde qué perspectivas? ¿En qué contextos históricos se la ha contado?

Una parte de esas ansias por conocer se ha saciado en el Congreso “Pasado, presente y futuro de los estudios de Juventud. 30 años de estudios en Juventud en España”, que se celebró en Octubre y en Valencia. Allí presenté una comunicación en la que ensayé un primer paso que se irá complementando, completando y enriqueciendo a lo largo de mi trabajo (se puede ver una síntesis aquí).

En este proceso he aprendido un montón de cosas nuevas de la historia contemporánea de Europa, de América Latina y de África (que no estaba en mi planes y con quién me sentí hermanada). Hay otros aspectos en cambio que más bien he recordado, porque son la reescritura del rumbo que tomó latinoamérica desde 1492, a partir de la imposición de una religión, una lengua y una cultura. Destino que explica la configuración de los sueños de libertad que teje desde entonces la sociedad. Ilusiones que son además compartidas con algunos sectores poblacionales de África y de Europa del este, que llegan a la Península porque han imaginado otro relato. Anhelos que persiguieron muchos españoles, porque viven en un país que ha sido cabeza de ratón y cola de león…

La literatura académica me ha mostrado un escenario lleno de números, gráficos, problemas,  debates, interpretaciones, preocupaciones, y propuestas de integración y cohesión. Los estudios se han centrado en las áreas de inserción (y muchas veces de exclusión) de los jóvenes inmigrantes en España: educación, trabajo y políticas. Transversalmente, los medios de comunicación visibilizan las discusiones y los conflictos económicos, políticos y sociales que generan las fronteras; tensando y sesgando con sus recortes la ya compleja realidad.

Intento escribir un artículo sobre lo descubierto. Vuelvo a revisar los papeles subrayados, releo apuntes y borradores para darle forma al estado del arte. Sin embargo, algo me falta y no sé qué es. Para destrabarme empiezo a diseñar mi trabajo de campo, y paralelamente el equipo de investigación HEBE entra en la fase de trabajo de campo y me pide colaboración. Entonces a fines de octubre empiezo a hacer entrevistas utilizando la técnica de los relatos de vida. Hemos tenido hasta aquí dos encuentros con N, que es de Uruguay.

Estando en ese caos sin fronteras, en el que se ingresa sí o sí al investigar y en el que nada parece tener sentido y todo está curiosamente relacionado,  recibo un correo. Es mi Director (otra vez!) tirándome un cable: el trailer del documental de Sussana Barranco«Caure del niu» (que se estrenará el próximo 9 de diciembre en la Filomoteca de Barcelona). Algunas piezas empiezan a ubicarse otra vez. Se trata de ellos. De personas singulares, dentro de una historia universal. Son estos jóvenes, estas voces, estos miedos, estas dificultades y estos anhelos.

 

Me acuerdo entonces de «Buscando respeto» (2012-2013)  que se estrenó en el XVI Fòrum d’Estudis sobre la Joventut (2013), al que asistí en Lleida, cuando cursaba el Máster de Juventud y Sociedad. Filmada en L’hospitalet (Barcelona) y  dirigida por Jóse González Morandi en el marco del  yougang project, la película se construye sobre la base de un trabajo previo de escritura y reflexión que realizaron los mismos jóvenes. Son ellos y ellas los que interpretan y narran su historia. Son ellos y ellas las que  explican qué es ser joven latino en Barcelona.

 

Sigo navegando, porque ya me enganché y me dieron ganas de escuchar un rato y de dejar en reposo la lectura, hasta que las ideas se acomoden. Encuentro un trailer de otro documental. Esta vez son los jóvenes españoles los que, tras la crisis, han ido en búsqueda de un futuro mejor a Edimburgo.«En tierra extraña» (2014) por Icíar  Bollaín pone en escena a la generación más profesionalizada que ha tenido esta sociedad en años y que sin embargo no encuentra el espacio laboral para el que se formó y con el que soñó.

 

Antes de lograr desengancharme del efecto mariposa que generan los clicks,  doy con una última joyita que me permite completar la línea cronológica:«Cuatro visiones, jóvenes e inmigración en España» un documental en el que los jóvenes miran a los jóvenes en la España del 2011, cuando empieza la crisis. Cuatro visiones, cuatro territorios (Galicia, Madrid, Barcelona, Sevilla) y muchas voces,  ideas, posturas y culturas: la argentina, la polaca, la peruana, la colombiana, la catalana, la brasilera, la italiana, la marroquí, la senegalesa, la andaluza, la alemana…

Vuelvo a pensar en N. En lo movilizante que ha sido escuchar su historia. En 1985 se lo preguntó Spivak, la crítica literaria poscolonialista, hoy me lo pregunto yo: ¿Puede hablar el subalterno?….

Con un poco más de justicia, de matices, de colores y sobre todo de arte, retomo la escritura del artículo. Pienso en la importancia de devolverle el «arte» a este «estado»y de hacerle la pregunta de Spivak a mis reflexiones. Le doy play a Jorge Drexler, el uruguayo que vive en Barcelona y le ha puesto música y letra a esta mezcla.

 

Lecturas, fuentes, inspiraciones

Drexler, J. (1997) «De amor y de casualidad», en Llueve.

Páez de la Torre, S. (2015). Aproximaciones al estado del arte sobre los estudios de jóvenes inmigrantes del cono sur latinoamericano que viven en Catalunya. Disponible en https://drive.google.com/file/d/0B0P43kuqY0CNRFJtOW9VMnRzckE/view. Consultado, 21 de Noviembre de 2015

Talavera, M. G. (2011). Estado del Arte.  Recuperado de http://formandoinvestigadores-gft.blogspot.com.es/2011/01/estado-del-arte.htmlb Consultado el 23 de Noviembre de 2015.

CHAKRAVORTY SPIVAK, GAYATRI; Giraldo, Santiago (2003) ¿PUEDE HABLAR EL SUBALTERNO? Revista Colombiana de Antropología, vol. 39, enero-diciembre, 2003, pp. 297-364 Instituto Colombiano de Antropología e Historia Bogotá, Colombia. Disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105018181010 . Consultado 24 de Noviembre de 2015.

 

No existe una escuela que enseñe a vivir

Hace unos días me preguntaron sobre mi experiencia como argentina acá. «¿Qué fue lo que más te costó al llegar?» Como se podrán imaginar, la lista es bastante larga. Y desde mi perspectiva todos los ítems son importantes. Cada elemento de esta larga enumeración de cosas fue, en un principio, como aprender un nuevo idioma. Todas esas «cositas», implicaron un tiempo de cambio, de registro (del otro y de mí misma), de procesos y de apertura. Un tiempo de esos que no se miden con las agujas del reloj y un esfuerzo que no se compara ni siquiera con el que requiere aprender una nueva lengua, aunque sea la manera más acertada para explicar lo que significa.

Sé que suena exagerado. Es cierto también que vengo de una ciudad pequeña, del norte de mi largo país. En Tucumán no hay metros, ni trenes, tampoco un inmenso Corte Inglés en el que perderse,  ni mucho menos un Ikea para armar la casa de tus sueños. «Pero en Buenos Aires sí hay algunas de estas cosas, y fuimos muchas veces», reclama mi voz interna. «Y hemos viajado bastante!», agrega. Igual, no hace falta explicar que no es lo mismo ser turista, que pretender quedarse un tiempo prolongado en un lugar. Y es que la clave para referirme a los cambios que experimenté (y sigo experimentando) está ligada justamente a estas dos nociones que están implícitas en estas ideas: tiempo y espacio.

Esta tierra está a muchos kilómetros de la mía. El paisaje, las distancias -incluso las que se establecen entre los cuerpos-, la distribución y el uso de los espacios, difiere bastante de mis referentes. En mi tierra los besos se dan y son pocas las charlas que comienzan sin este contacto. En Catalunya los besos se hacen (el verbo que se usa es fer, fer un petò), y además se hacen prolija y democráticamente de a dos (para que ninguna mejilla se quede sin el correspondiente beso), práctica que a mí me parece super romántica y que rápidamente internalicé (para evitar situaciones embarazosas y para sentir menos distancia con la gente) . Tal vez esto explica (acudo a mis marcos estructurales) que las personas no anden regalando besos por ahí (además de ser dos: los tienen que hacer!) y no es condición sine qua non que dos besos inauguren un encuentro. [1]

En el mismo orden, descubro que el tiempo tiene otro valor. Gracias a la avanzada tecnología con la que se cuenta día a día y a una exacerbada estimación que se hace del mismo, es mucho más veloz que en mi tierra. Esto se manifiesta en las rutinas cotidianas: los horarios para levantarse, acostarse, salir o comer son diferentes; la luz se acaba pronto en el invierno y se extiende mucho en el verano; el tren pasa casi siempre a la hora establecida, y las puertas se te pueden cerrar en las narices si no has medido correctamente el tiempo; la puntualidad con la que la gente llega y se va de los lugares y la manera de aprovechar cada segundo, como un bien escaso, dan cuenta de ello. La metonimia en la que mejor se puede entender esta concepción es en la hora. En Catalunya no son las tres y cuarto, sino un cuarto de las cuatro. El tiempo es oro y es en futuro. El tiempo es por adelantado y en positivo. El tiempo es progreso.

Es decir que casi todas esas diferencias se expresan, sin lugar a dudas, en la lengua, el pan de cada día. Ése es uno de los retos más grandes de estar acá, la inmersión lingüística. «Hola Licenciada en Letras», «hola Profesora de lengua». Tantos libros, tantos exámenes, tantas clases estudiando, repitiendo, enseñando que el español se habla de maneras diferentes en muchos lugares del mundo. Tantas veces resaltando que el lenguaje configura nuestro pensamiento y viceversa; que la lengua manifiesta el orden que le damos al universo; que es una marca identitaria que permite ubicarnos y ubicar al otro. Y es que no hay como la mismísima calle para aprender, para conocer, para entender. No existe una escuela que enseñe a vivir, canta Charly García con Seru Griran.

La complejidad lingüística en Catalunya no sólo radica en que «computadora» se dice ordenador; «celular», móvil; «negocio», tienda; «pasaje», billete; «pollera», falda,  «auto», coche, «lapicera», bolígrafo. Sino que además en Catalunya también se puede decir, y se prefiere decir: ordinador, mòbil, botiga, faldilla, cotxe, bolígraf. Y aunque Serrat me haya hecho creer que es poético y fácil como en sus canciones, no lo es cuando uno se quiere comunicar, cuando uno quiere entender y que el otro lo entienda y mucho menos cuando todos los cambios son juntos. Se trata de un gran desafío, para mi y para los catalanes que día a día intentamos aceptar la interculturalidad, el bilingüismo; buscando enriquecernos los unos a los otros, respetando nuestras libertades. Se trata de comprender que además de estar yo aquí con mis fronteras, Catalunya tiene la suya propia dentro de España. Y hay toda una historia por detrás que poco a poco voy conociendo y más lentamente entendiendo.

Tiempo, espacio y lengua no hacen más que referirse a la noción de cultura. Un poco le estoy haciendo pitocatalán con la metáfora de la frontera, y es que…es un concepto tan amplio, tan complejo (que además se mezcla con otros términos, como el de identidad). Explica Grimson (2011: 43): «cultura es uno de los términos con más acepciones en las ciencias sociales y las humanidades: puede designar los procesos de significación, o bien el excedente de sentido, pero también puede remitir a estilos de vida e incluso a la antigua idea -políticamente visible  hasta hoy- de alta cultura«.

Apelo a otros conceptos entonces. Aparece un archivo mental que dice: multiculturalismo y otro que dice interculturalismo (algún día intenté transmitirles algo de eso a mis alumnos, cuando enseñaba una materia que se llamaba «Cultura y comunicación»). Encuentro apuntes más actuales de un curso hermoso que hice apenas llegué («Miradas Cruzadas») y aparece Gimenez Romero (2003) explicando que el concepto de pluralismo cultural es el que intenta en la actualidad, superar los conceptos de multiculturalismo y de interculturalismo. El primero festejó la diversidad cultural, pero la aplicación generó una sociedad desmembrada, mientras que el segundo  fue un poco más allá y habló de relaciones e interacciones interlingüísticas, interreligiosas, interétnicas; del aprendizaje con los otros y su gran valor para una sociedad. El primero sólo reconoce la diferencia y el segundo sólo plantea la convivencia con la diversidad. La suma de los costados positivos de estas perspectivas implicaría hablar de una sociedad plural. En el pluralismo, dice el mismo autor «se parte de que la diversidad cultural es positiva por enriquecedora, de que no sólo no hay que rechazarla tratando de hacer homogénea la sociedad sino que hay que respetarla, aprovecharla, celebrarla: la denominada y defendida celebración de la diferencia» (p. 7). Se habla entonces del derecho a la diferencia, de la igualdad de todos ante la ley, de la importancia de desarrollar políticas de reconocimiento, que sean antidiscriminatorias, que incluyan, que brinden a todos las mismas oportunidades: ideas que se proponen como pilares de una sociedad democrática. Gimenez Romero también hace referencia la importancia de incluir en la participación cívica a todos los individuos que habitan un territorio.

Grimson (2011) dedica su libro a deconstruir los esencialismos y los fundamentalismos a los que han llevado los debates culturales y antropológicos [2] . «Los modos en que se ha conceptualizado la diversidad se encuentran imbricados con las formas en que se han imaginado las relaciones entre «nosotros» y «los otros». Ahora bien, en el plano del debate teórico, tanto la visión progresista de la defensa de la diversidad como la alarma conservadora ante el «choque de civilizaciones», pasando por las denuncias de que toda diferencia se explica por una desigualdad social, simplifican o a veces desconocen la historia teórica del concepto de «cultura» (p. 55).

Dejo flotando estas ideas. Vuelvo a mi historia y trato de establecer un diálogo entre mi yo allá y mi yo acá. Vuelvo a esos primeros tiempos y me acuerdo de otra sensación fuerte que tuve al llegar. Tenía que tramitar mi documento de estudiante  extranjera (NIE), efectivizar los pagos correspondientes al máster que vine a estudiar, abrir una cuenta en el banco con una cifra exorbitante de dinero (para poder obtener el NIE y demostrar que podía mantenerme con mis propios medios económicos (?) y con ello garantizar que no iba a trabajar mientras estudiaba). Nadie sabía adónde tenía que hacer exactamente estos trámites: a la universidad poco le interesó asesorarme (una vez que recibieron el pago de la primera cuota del máster dejaron de responder los correos que contestaban amablemente cuando yo estaba en Argentina) [3] y lo cierto es que la gente a la que le consulté algunas cosas, no sabía lo que es ser extranjero (o «extraño» en términos de Beck); abrían grande los ojos cuando les comentaba acerca de la millonaria cuenta bancaria que me exigían tener y no sabían orientarme acerca de las oficinas de extranjería. En internet las instrucciones eran  confusas y yo desconocía muchísimas cosas que ahora conozco, claramente necesarias para poder codificar lo que se explicaba en las páginas de (des) información.

Por supuesto que me sentía muy sola y muy angustiada [4]. Pero de pronto me sentía como en casa. Qué ironía. Es que había pasado poco más de un mes en que yo había estado tramitando en Argentina una brutalidad de documentos (para poder cruzar la frontera), en los que se decía quién era yo, cómo me había comportado civilmente en los últimos años, qué enfermedades había tenido, cuál era mi cuenta bancaria, quiénes son mis padres, cómo es mi huella digital… etcétera, etcétera, etcétera.  Las innumerables oficinas que recorrí, el dinero que tuve que pagar para realizar los trámites, el trato que recibí en esos espacios, las citas y los horarios, los desplazamientos y un montón de gente con las mismas y mayores angustias que yo, me eran totalmente familiares.

BUROCRACIA ( o SISTEMA). PAPELES (o DOCUMENTOS). (IN) SEGURIDAD. CONTROL. Cuatro palabras claves para definir el sistema al que esta sociedad y cualquier otra occidental, están sujetas. Beck (2007) habla de la sociedad de riesgos, caracterizada en primer lugar, por la fabricación de una incertidumbre constante que acecha a la «civilización», dando como resultado la politización de la seguridad, ante la amenaza ; en segundo lugar, por la disolución de las fronteras: la repercusión que esos sucesos calificados como «riesgosos» tienen en nuestra vida cotidiana (pese a que hayan ocurrido en territorios lejanos a los nuestros), da cuenta de la consolidación de la globalización; el tercer rasgo de la «modernidad reflexiva» (o sociedad de riesgo) es la «destradicionalización e individualización», es decir, el debilitamiento, el desmembramiento, la fragmentación de la identidad y de los orígenes, que sostenían al individuo en la sociedad industrial.

Esta forma social es la que da origen, según Beck  a la construcción social del “extraño”; que es diferente a la imagen del extranjero, pues éstos saben adónde pertenecen aunque estén en otro espacio. En cambio los extraños son aquellos que estando cerca de nosotros (“los vecinos”), están distantes:

«Dicho de otro modo, la modernidad reflexiva generaliza la categoría del extraño en una categoría que tiene como característica central la universalización de lo extraño. Más y más gente pierde su definición social a través del origen y el lugar social. Las identidades están mezcladas; las fronteras ya no resisten ni limitan. La gente convive con extraños para quienes ellos mismos también son raros» (Beck, 2007: 58, 59)

La inseguridad, la incertidumbre construida y la individualización hace que la amenaza esté puesta en el «otro», el extraño, el vecino. Hay un esencialismo construido sociopolíticamente, en lo que entendemos por identidad cultural, en lo que decimos cuando decimos que aquel es turco, gitano, latino, sudaca, catalán, alemán, sirio. Creo que no hemos superado, en nuestras prácticas cotidianas, estos fundamentalismos.

De pronto detengo mi escritura. Me miro. Escribo cómodamente, desde mi escritorio, después de haber comido una tostada. Y entiendo hasta qué punto lo que escribo se relaciona con la realidad. Y lo que sentí yo, pasa a ser un privilegio (sobre todo «económico») al lado de lo que les ha «tocado» a otros (¿será acaso todo tan azaroso? ¿será que no tenemos nada que ver?) Y es que, mientras intentaba que este texto deje de ser borrador, fui asaltada por las imágenes y las noticias que hablan sobre la problemática de los refugiados. Mi cuenta personal de facebook está plagada de denuncias y circula la fotografía de un niño que yace muerto en la costa de Bodrum, tras haber intentado cruzar la frontera:

“Son los otros, los excluidos, los que pertenecen a países y continentes lejanos quienes empiezan a rebelarse contra la legitimación hasta ahora vigente de la desigualdad social: con esperanzas y sueños de migración que se traducen en acciones prácticas” (Beck y Beck-Gernsheim 2007: 27)

Hay mucho más para decir, hay mucho más para pensar, tengo muchas preguntas y se me hace un nudo la garganta. ¿Sociedades plurales? ¿Sociedades equitativas, interculturales, democráticas, igualitarias? Todos los conceptos se vienen a pique frente a lo real. Me pregunto por mi lugar desde este escritorio, como investigadora, como mujer, como joven-adulta, como argentina que vive en Catalunya…

Foucault, dice Beck (2007: 61) «observaba que el discurso más devastador de poder de nuestro tiempo no lo creó el Estado moderno, al contrario, lo produjo y lo dirigió el poder y la autoridad de la sociedad “civil”. La sociedad ha resultado ser del todo incivil».  Se habrán destruido (o no) ciertas fronteras (tal vez físicas), pero seguimos sin mirar al de al lado. Seguimos sin comunicarnos del todo. Todo está organizado: la oficina de extranjeros, las solicitudes de asilo, las administraciones para empadronarnos, la «seguridad» social: pero cada uno se sienta en su mesa a comer y circula por su propio barrio, con toda la carga socio-económica-cultural significativa que tienen hoy más que nunca los «espacios» geográficos en los que uno vive y se mueve.

Notas

[1] Como amante de las lenguas y desde el lugar de un niño asombrado, no puedo evitar la asociación: acá la gente no se ama, la gente s’estima. Y al igual que en el inglés, en el catalán no hay una distinción entre amar y querer. Según el diccionario de la RAE, estimar es: Apreciar, poner precio, evaluar algo | Juzgar, creer | hacer aprecio y estimación de alguien o algo. Por su parte, el Institut d’estudis catalans define estimar como: Determinar el precio o valor de alguna cosa| Considerar | Obtener una estimación estadística (de una población, por ejemplo) |Tener buena opinión de lo que vale alguna cosa | Preferir entre dos cosas («què t’estimes mès: venir amb mi o anar amb ell?») | Aceptar una petición | Amar.

Es decir, este verbo tiene una connotación económica, se asocia al valor que tiene algo o alguien. A su vez, se hace economía de lenguaje y se designa con una palabra a varias cosas.

Una segunda asociación que no me resisto a dejar por escrito, tiene que ver con el epíteto elegido para designar a la persona que comparte la vida con vos en un sentido amoroso. Aunque se dice «novia/o, pareja, marido, mujer, esposa/o», se prefiere y se usa mucho más  «compañero/a». La meva companya y el meu company. Abro los ojos de niño y me asombro. Compañero en Argentina es un término que está asociado a la política, es el que milita con vos o tu compañero de fórmula. Es también el que se sentó al lado tuyo durante toda la primaria, la secundaria o en la universidad, incluso alguien que casualmente hizo el mismo curso breve que tomaste un fin de semana, pero no necesariamente es alguien por quien sientas cariño o amor.

No es fantástico el lenguaje? No son increíbles las diferencias culturales, la diversidad? Pienso en la imagen de la torre de babel y la interpretación que hace de ella Saramago en Caín (2009) y que inteligentemente retoma Grimson (2011: 53, 54), quien explica que «la percepción de la diversidad como un problema o mal tiene un origen bíblico». Ante la amenaza que la fuerza de los hombres unida significó para Dios, el castigo divino es la diversidad lingüística y cultural: la incomunicación.

[2] Grimson (2011) indaga en la historia de la antropología y explica cómo y en qué contexto han nacido los términos de diversidad cultural, pluralismo cultural y multiculturalismo. Hace una compleja crítica a las nociones y las consecuencias políticas que han tenido estas perspectivas. Es un debate extenso y muy interesante que no alcanzo a poder sintetizar,  y por eso expongo a Gimenez Romero (2003), que presenta estos conceptos para aplicarlos a la práctica educativa. Recomiendo al lector entonces, la fabulosa lectura de Grimson, que me tiene fascinada.

[3] Hablo de instituciones, no de personas. Pero las personas formamos parte de las instituciones y en ese sentido, somos muchos los cómplices. Intento por ello reflexionar desde mi lugar. No quiero ser ciega, ni callar el entramado.

Algunas amigas me explicaban que por ellas había respondido la universidad y que la institución que las resguardó fue ésta. Claro, habían venido con alguna beca ERASMUS o mediante algún convenio entre universidades. Pero muchas otras personas que vinieron sin ese sostén se encontraron igual de desoladas que yo. La pregunta que me hago es ¿qué pasa cuando uno está por fuera de las instituciones?

[4] No puedo dejar de  pensar que tengo muchos amigos de México, Colombia y Venezuela que han pasado por situaciones similares o peores, porque los tratados internacionales entre su país y este les deparan otras «pruebas», para ser héroes inmigrados. Así como otro puñado de amigos, uruguayos y argentinos principalmente, decidieron burlar el sistema; algunos más, otros menos preocupados, se mueven sin papeles, por fuera de esta «ley», que hoy más que nunca hay que poner entre comillas. Existen trabajos para ellos. Existe también un sistema que los acoge (y también los asfixia).

Referencias

Beck, Ulrich y Beck-Gernsheim, Elisabeth (2007). Generación global. Traducción, Richard Gross (2008). España: Paidós.

Beck, Ulrich (2007) Cómo los vecinos se convierten en judíos . La construcción política del extraño en una era de modernidad reflexiva. Papers, 84, 47-66.

Gimenez Romero, Carlos (2003) Pluralismo, Multiculturalismo e Interculturalidad. Propuesta de clarificación y apuntes educativos. Educación y futuro: Revista de Investigación Aplicada y Experiencias Educativas, Nº 8, 9-26.Editorial CES Don Bosco- EDBË.

Grimson, Alejandro (2011). Los límites de la cultura. Crítica de las teorías de la identidad. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Lecturas/ Inspiraciones

Abdelmalek, Sayad (2010) La doble ausencia. De las ilusiones del emigrado a los padecimientos del inmigrado. Barcelona: Antrophos.

Aduelo, Ricardo (2011) Imaginario sociodiscursivo en la inmigración. Tesis doctoral UPF. Departamento de Traducció i Ciències del llenguatge. Dra. Clara Ubaldina Lorda Mur; Dr. Ricard Zapata Barrero.

Villatoro, Vinçent (2011). Juventud y nuevas identidades. En Trilla, J. (coord.) Casal, J., Feixa, C., Figueres, M., Planas, A., Romaní, O., Saura, J. y Soler, P. (eds.) Jóvenes y espacio público. Del estigma a la indignación. Barcelona: Bellaterra.

Zapata-Barrero, Ricard (2009) ¿Existe un enfoque propio de gestión de la inmigración? Filosofía práctica de la política de gobernabilidad en España. En Zapata-Barrero, R. (Ed) Políticas y gobernabilidad de la inmigración en España Barcelona.

El curso «miradas cruzadas» (mirades creuades) se ofreció como parte del plan de Formación  del Consejo Nacional de Juventud de Catalunya en 2013. Estuvo a cargo de técnicos y profesionales del Instituto Catalán de Mujeres y la Fundación CANDELA. Se pueden visitar estos espacios en los siguientes enlaces:

http://dones.gencat.cat/ca/

http://candela.cat/inici/

Noticias y reflexiones (mínimas) sobre los refugiados sirios:

http://www.diaridegirona.cat/espanya-internacional/2015/09/03/que-vegi/741798.html

http://www.lagaceta.com.ar/nota/652205/mundo/familia-nino-sirio-ahogado-playa-turca-intentaba-llegar-canada.html

Acerca de las fronteras indómitas

Dice el diccionario de la RAE sobre frontera: confín de un estado | límite | locativo preposicional en desuso: enfrente de. Y sobre el adjetivo indómito/a: no domado | que no se puede o no se deja domar | difícil de sujetar o reprimir. 

Este blog va un poco sobre eso. Sobre lo que implica cruzar ese fin que impone cada estado. Gesto que claramente tiene un coste. Y es que las fronteras son, si no todas, casi todas indómitas. Hacen poco caso y la mayoría de las veces, se van con el que las atraviesa. Tarea del que se va será intentar domarlas o por lo menos, lograr un equilibrio entre lo que se conocía, el allá, y el nuevo espacio, el acá. Sujetar esa frontera, que probablemente será faro y trampa…Habrá que domesticarla y para ello hay que adoptar la actitud de un niño, inteligente, abierto, sensible e inocente. La literatura ha sido siempre una gran compañera para mí en este sentido y seguramente mis palabras estarán llenas de voces que no son mías, pero que me han permitido mirar como miro. Por eso el nombre de este espacio le guiña el ojo a Graciela Montes, quien siempre me hace pensar y reír; desdramatizar y contar con libertad. Como dice Grimson (2011:51) «Dialogo con esos mundos [con el cine y la literatura] sabiendo que son ficciones que hablan de este mundo, y por eso mismo pueden ayudarnos a ampliar la imaginación sociológica»

Me interesa  contar mi propio proceso y mucho más, saber sobre distintos procesos. ¿Cómo han hecho otros, más o menos parecidos a mi? Invoco a los jóvenes del cono sur latinoamericano: a los argentinos, a los chilenos y a los uruguayos que, como yo, un día se encontraron viviendo en Catalunya con su propia frontera tatuada en el cuerpo. Intuyo que como vecinos, además de compartir unas historias sociales, culturales, económicas y lingüísticas del allá, nos hemos sentido más o menos perdidos, más o menos encontrados, de maneras similares acá. ¿Nos habremos visto (sin vernos), en alguna oficina de papeles y sellos? ; ¿en las aulas de acogida lingüística para aprender catalán?; ¿acaso en alguna charla, de cualquier universidad?; ¿en algún asado casual, que al ritmo de una guitarra intentaba poner música a la añoranza?; o tal vez en los bares que transmitieron algún mundial, alguna Copa América, ¿habremos alentando a la misma o a otra bandera?

Seguramente, como el locativo en desuso, estás enfrente mío. Qué ganas de tomar un café, un mate, una cerveza con vos. Qué ganas de charlar y de saber cómo la llevás, compatriota. «¿Por qué viniste?» es la primera pregunta que le hago a cualquier argentino, uruguayo o chileno con el que me encuentro, no creo que sea otra la que te quiera hacer a vos.

A mi me trajeron las pasiones: un hombre y la investigación. Atravesé el ancho océano, con mi frontera en la maleta (que antes era valija). Llegué hace dos años (casi exactos, aunque parecen miles y ninguno) y recién hoy puedo escribir. Tal vez he conseguido, en cierto modo, domesticar mi frontera y entonces ella me deja hablar. Si no sintiera que toda esta experiencia ha sido de puro crecimiento, de puro empoderamiento, probablemente me callaría. Pero entiendo que a partir de la superación de ciertas dificultades y de la conquista de cierta autonomía y fortaleza, he aprendido mucho. Con el tiempo el aprendizaje se convierte en capital, moneda con la que se puede conseguir mucho más que algo material. Hoy vengo a pensar, a construir, a reflexionar sobre la experiencia de la inmigración, intentando convertirla mediante el proceso de la escritura, en conocimiento. Qué mejor que el formato blog, que permite «editar», «compartir», «difundir» y sobre todo «comentar». El conocimiento es una construcción colectiva, no? Y por eso me interesa hacer de este blog un espacio flexible y dinámico, sobre todo con el deseo de encontrarme con indómitos lectores (sean de dónde sean, estén en dónde estén), que tengan ganas de construirlo conmigo.

Referencias

Grimson, Alejandro (2011). Los límites de la cultura. Crítica de las teorías de la identidad. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

Montes, Graciela (1999) La frontera indómita: en torno a la construcción y defensa del espacio poético. USA: Fondo de Cultura Económica.

¿Qué pretende usted de mi?

Bienvenidos y bienvenidas a este espacio indómito, como las mismísimas fronteras. Bitácora, cuarto propio, diario de campo. Tal vez autoetnografía o autobiografía. Seguramente hoja en blanco para reflexionar sobre mi trabajo de investigación y abrir la puerta a quien quiera dialogar. 

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